El embalse de San Juan, en los términos municipales de Pelayos de la Presa y de San Martín de Valdeiglesias, está considerado una de las mayores reservas mediterráneas de la Comunidad de Madrid y en el vierten sus aguas los ríos Alberche y Cofio.
El embalse fue construido en el año 1955 y 
tiene una capacidad total de almacenaje de 138 hm³. Su superficie es de 650 hectáreas, que se distribuyen longitudinalmente a lo largo de un estrecho valle, en las inmediaciones del puerto de San Juan.
La presa es de gravedad y presenta una altura máxima de 78 m. En su base, el río Alberche vuelve a ser retenido a través del pantano de Picadas, que, junto con el de San Juan, conforman uno de los sistemas de embalses más complejos de la cuenca del Alberche. Una de sus funciones es derivar agua hacia la ciudad de Toledo, a través del canal artificial denominado Trasvase Picadas-Toledo.
tiene una capacidad total de almacenaje de 138 hm³. Su superficie es de 650 hectáreas, que se distribuyen longitudinalmente a lo largo de un estrecho valle, en las inmediaciones del puerto de San Juan.
La presa es de gravedad y presenta una altura máxima de 78 m. En su base, el río Alberche vuelve a ser retenido a través del pantano de Picadas, que, junto con el de San Juan, conforman uno de los sistemas de embalses más complejos de la cuenca del Alberche. Una de sus funciones es derivar agua hacia la ciudad de Toledo, a través del canal artificial denominado Trasvase Picadas-Toledo.
El acceso a esta zona se puede hacer desde Madrid por la carretera Alcorcón-Plasencia (C-501) o bien por la carretera de Extremadura (N-V) tomando a la altura de Maqueda la N-403 de Toledo a Avila.
Fue uno de los primeros lugares donde se procedió a la introducción del black bass y podemos encontrar ejemplares de gran tamaño de esta especie, que convive con la carpa, la boga, el barbo y los odiados cangrejo y percasol.
La zona donde está emplazado es muy rocosa, por lo que presenta una gran dificultad para cualquier modalidad de pesca a fondo.
Dispone de buenas playas para pescar el barbo ya sea con mosca seca o con ninfa, siendo la hormiga de ala la que mejores resultados proporciona, sobre todo con las primeras luces y al atardecer.
La caña, de 9 pies y con una línea flotante del 6 para alcanzar grandes distancias, pues a veces los peces se encuentran comiendo en superficie lejos de la orilla. Un bajo de no menos de 16, ya que la fuerza y el tamaño de los barbos que en este pantano habitan, harán que podamos perder grandes piezas si utilizamos bajos inferiores a este diámetro.
Otra de las especies que atrae a más pescadores a este embalse es la boga, a la que, además de con las técnicas habituales de pesca de este ciprínido, podremos tentar a mosca seca utilizando mosquitos de pequeño tamaño.
Para comer y dormir existen infinidad de restaurantes y hoteles tanto en Pelayos de la Presa como en San Martín de Valdeiglesias. En primavera y verano en el propio pantano hay chiringuitos donde picar y refrescarnos durante la jornada.